Esta semana he estado en Kiev, Ucrania y ha sido un viaje de lo más movidito, pues me perdieron la maleta. O sea que tuve que hacer el sacrificio de ir de compras. Kiev, es en general una ciudad económica en muchos sentidos, pero no para la ropa. Por ejemplo, un pañuelo de Mango estaba marcado 3 veces más caro en moneda local que en euros. Así que me salió cara la broma…
La ciudad está llena de monasterios, y en uno me encontré una agradable sorpresa, unos muñecos de tildas vestidos con vestidos regionales. La verdad es que la muñeca con el traje nacional en rosa una preciosidad y estaba muy bien hecha. La muñeca la vendían por unos 30€, pero como no sabía si iba a recuperar mi maleta me conformé con la foto.
Y también había conejitos, son muy graciosos!
Kiev es muy bonito, tiene muchos monumentos interesantes y la gente es muy amable. Muchos de los monumentos han sido recientemente restaurados o están en el proceso de hacerlo, o sea que están haciendo una apuesta clara por el turismo. Otro signo de ello es que las grandes cadenas hoteleras están construyendo hoteles en la ciudad. Eso sí, todavía les falta entender que al turista se le tiene que tratar bien, pues intentan timarte todo el tiempo, es un poco agotador.
Un día fuimos a comer a un restaurante típico con gente local. Hay que decir que la comida Ucraniana es muy buena. Si vas con locales, debes saber que, al igual que en Russia, va a ser imposible terminar la comida. Agasajan a los invitados con todo tipo de alimentos hasta que no puedes más, si te lo llegaras a terminar todo la señora de la casa se preocuparía mucho por no haber sido más previsora. Pero créeme, eso es del todo imposible. Cuando terminas de comer en la mesa queda tanta comida como si todavía no hubieras empezado. Otra costumbre es que el vodka se sirve incluso antes que llegue el primer plato, y cada vez que alguien bebe propone un brindis, por lo que todo el mundo bebe con él… y el vodka no es precisamente un alcohol ligero. Encima como si no fuera suficientemente fuerte el vodka tradicional lleva guindilla, por lo que realmente arde. Por suerte no hay nada estipulado en cuanto a la cantidad de vodka que bebes en cada brindis, no hace falta terminar el chupito…
Ah, por cierto, allí no vi ni un solo aparcamiento público ni garaje privado, pero eso no es un problema, aparcan en la acera y listo!
¿Si recomendaría la ciudad? Por supuesto, y espero volver en unos años para ver su evolución.